La Virtud de la Perseverancia 4a parte

Hemos venido analizando lo que es esta virtud y su enorme importancia para alcanzar el éxito en nuestra vida, hablamos que es necesario sabernos comprometer en algo que traiga beneficio verdadero más allá de nosotros mismos.

Ya que cuando nos determinamos a hacer el bien a los demás, con toda seguridad los golpes llegan, empezando por aquellos a quienes queremos beneficiar, porque no comprenden las virtudes, pero eso no es razón para decir “ya no lo voy a hacer”.

Al contrario, continúas, porque independientemente de que las personas acepten o no el bien que les entregas, la orden para uno es cultivar las virtudes en nuestro carácter.

Muchas veces, en esta carrera de la vida, llegamos a sentirnos incompetentes ante los desafíos que se nos presentan, pero sentirnos incompetentes no quiere decir que no podemos con el objetivo, por eso la perseverancia compensa todas las desventajas.

Es decir, cuando vemos que no tenemos el conocimiento adecuado, la experiencia necesaria, la habilidad requerida, podemos recurrir a la investigación, a buscar el conocimiento que nos hace falta, en fin, obtener lo necesario para capacitarnos en lo que no nos sentimos competentes.

Por esta razón, podemos decir, que todo ser humano es competente para hacer cosas extraordinarias, todo está en querer perseverar, en querer utilizar las virtudes.

Por ejemplo, una fábula que nos ilustra en este concepto, es la de la liebre y la tortuga: la liebre se burlaba de la lentitud de la tortuga, hasta que un día la tortuga le dijo “haz una carrera conmigo y te venceré”, la liebre viendo que el reto era pan comido, aceptó, entonces, pidieron ayuda al zorro para que marcara la línea de salida y de meta, ambas comenzaron la carrera, la tortuga no perdió tiempo, la liebre en cambio, anduvo varios minutos y viendo que rápidamente había dejado a la tortuga atrás, se acostó y se quedó dormida, al cabo de un rato se despertó, sólo para darse cuenta que la tortuga ya había ganado la carrera.

La liebre se confió en su habilidad, pero el tesón, la perseverancia de la tortuga la venció, por eso la virtud vence a la habilidad sin disciplina. Todos tenemos habilidades, pero es hasta que alimentamos nuestro carácter de las virtudes, que descubrimos que somos capaces de cosas maravillosas.

La perseverancia tiene mayor efecto cuando abordamos un problema a la vez, cuando las personas quieren solucionar todos sus problemas en un solo paquete, no funciona, se desesperan porque no avanzan, pues quieren que todo avance al mismo tiempo, hay que saber desglosar los objetivos, tomar una cosa, después otra, si no avanzas en una, bríncate a la otra, y espera el tiempo de esa otra, pero sigue avanzando, no te sientes a dormir como la liebre.

El tiempo esta de lado de aquellos que aplican la sabiduría, la inteligencia y la persistencia, terminan triunfando, derrocando a las dificultades de mayor adversidad.

Existe una perseverancia que es negativa, es aquella que fastidia con necedad y su efecto no es saludable, no es lo mismo ser perseverantes en cosas de inteligencia y sabiduría, que serlo en necedad, por ejemplo, cuando un niño insiste en querer hacer algo malo que lo va a perjudicar, lo único que saca son unas nalgadas de sus padres, por eso hay que cuidarnos de no caer en este tipo de actitudes negativas.

Por esta razón, la perseverancia que necesitamos cultivar va en combinación con otras virtudes que hemos analizado y nos falta por analizar, y que son ingredientes esenciales para nuestro progreso y éxito total.

Cabe añadir que estamos llamados a ser perfectos, y cuando captamos que podemos llegar a ser honestos, responsables, disciplinados, compasivos, valientes, perseverantes, diligentes, trabajadores, leales, en fin, que podemos desarrollar en nuestro carácter todas las virtudes, entonces comprendemos que ser perfectos es alcanzable y necesario, no sólo para mejorar nuestra condición personal, sino la del prójimo y nuestra cultura.

Antes de pasar a nuestro plan de acción para el cultivo de esta virtud, es necesario mencionar que existen dos palabras fatales muy destructivas, y que la perseverancia no nos permite creer, estas son “no puedo”, antes bien, debemos ser honestos y expresar si más bien es que no queremos hacerlo, o no sabemos cómo hacerlo, cuando es por falta de voluntad nadie puede movernos a hacer algo que no queremos hacer, pero si es por falta de conocimiento, buscamos aprender lo que necesitamos para realizar lo que es correcto.

Plan de acción para el cultivo de la perseverancia:

1. Hay que evaluar toda adversidad, todo obstáculo y toda objeción. Hazte preguntas como ¿qué me está señalando esta adversidad, obstáculo, objeción, a dónde me quiere guiar?, ¿obstaculiza mis planes?, ¿requiere que me espere más tiempo para eliminarlos?, ¿no es una necedad mía?.

2. Cuida tu reacción ante la adversidad, el obstáculo y la objeción. Recuerda que no debe dominarte la frustración, la desilusión con nada ni con nadie, que uno debe inyectarse felicidad, entusiasmo porque se tiene vida y que si se busca lo correcto todo obrará para nuestro bien.

3. No titubear ante la adversidad e incertidumbre, mantener la calma, analizar, sopesar. Si es necesario que te retires de personas que su negativismo las lleva a titubear en todo lo que hacen, retírate.

4. Esta alerta a los acontecimientos, no hay que descuidarnos, ni entrar en pánico o paranoia.

5. Aborda la adversidad, un problema a la vez. Enfócate y resuelve uno, después el otro, si no se avanza, bríncale al otro y espera el tiempo del otro.

6. Elimina el “no puedo” de tu mente y de tu boca, fortalece tu voluntad.

7. Motiva a otros a que triunfen, porque en el triunfo de los demás esta nuestro propio triunfo, la vida nos abre puertas.

La perseverancia va a costar para el que quiere prosperar y lograr el éxito que tenemos a nuestra disposición, no desmallemos para lograrlo.

“Voluntad”

No hay azar ni fatídico destino que burlen, estorben o dominen la firmeza de un alma vigorosa.

Sólo la voluntad es grande; ante ella todo se doblega.

¿Qué obstáculo el ímpetu detiene del río que va al mar en su camino o impide que el sol siga su ascenso?
El bien nacido su merecido obtiene mientras el necio habla de la suerte.

Afortunado el que es inquebrantable, y con cada uno de sus actos sirve al único fin. A fe, aun la muerte misma ante esa voluntad demora el paso.

Ella Wheeler Wilcox