Pensemos lo que esta pasando

El pasado 19 de Octubre del 2022, en Tabasco fue legalizado el matrimonio entre personas del mismo sexo, cuya iniciativa fue presentada por el diputado Jesús Díaz en representación de la bancada de morena.

Los diputados y diputadas que votaron a favor de esta iniciativa, ¿tomaron en cuenta la voluntad del pueblo al que se supone deben representar?, por supuesto que no, pues un sondeo realizado por el grupo Cantón arrojó que un 78.2% de los tabasqueños mostraban gran preocupación y rechazaban la legalización de los matrimonios del mismo sexo.

Lo mismo ha sucedido en casi todos los Estados del país que han legalizado los matrimonios del mismo sexo, hasta se han atrevido a convocar sesiones legislativas en la madrugada para pasar esas leyes por debajo del agua.

Sin embargo, su burla no queda ahí sino que van más lejos, llevando la cuenta de los Estados que cada día ignoran la voluntad del pueblo e ignoran las voces de miles y miles de mexicanos que nos oponemos a la redefinición del matrimonio, llevan la cuenta como si no existiéramos todos aquellos que levantamos la voz contra esta legalización que traerá efectos negativos de gran impacto en lo social, en lo político, en lo económico, en la libertad de expresión y religiosa. No obstante, no debemos permitir que nuestra voz se apague.

Tengamos en cuenta que la función de los diputados y diputadas no consiste en aprobar leyes que cumplan los deseos de ciertos grupos, sino de evaluar el impacto que las posibles iniciativas de ley traerán en la sociedad en general, eligiendo solo aquellas que traigan un beneficio a largo plazo para un sano desarrollo social, cosa que los grupos de presión a favor del matrimonio del mismo sexo NO HAN PODIDO DEMOSTRAR, ni pueden presentar ningún argumento sólido que muestre que el impacto de los matrimonios homosexuales serían algo bueno para los niños y para la sociedad.

Lo que sí existe, son bastantes estudios serios en todas las esferas, desde la sociología, la economía, hasta la misma política, del impacto negativo que ha tenido el matrimonio entre personas del mismo sexo en los países que lo han adoptado, como el realizado por Stanley Kurt del centro de ética y políticas públicas, que muestra que en estos países se ha visto una disminución en el número de matrimonios, un retraso en el matrimonio, más hijos nacidos fuera del matrimonio y mayores tasas de divorcio, y ninguna de estas cosas es buena para los niños ni para la sociedad.

Pues pensemos que la idea original de la institución del matrimonio trata de reproducción, es decir, estamos hablando de continuidad con nuevas generaciones, por esta razón, históricamente el Estado ha reconocido el valor de proteger la institución del matrimonio natural, por su valor reproductivo y la protección que esta institución representa para los niños, y por ende para la preservación de la sociedad.

Tradicionalmente el matrimonio y la procreación han estado estrechamente relacionados entre sí. De hecho, desde una perspectiva sociológica, el propósito principal al que sirve el matrimonio es asegurar una madre y un padre para cada niño que nace en una sociedad. Ahora, sin embargo, muchos occidentales ven el matrimonio principalmente en términos emocionales.

Entre otras cosas, el peligro de esta mentalidad de pensar en el matrimonio en términos emocionales, es que fomenta una mentalidad antinatalista, que alimenta la diminución de la población, lo que a su vez ejerce una enorme presión social, política y económica sobre la sociedad en general. El matrimonio entre personas del mismo sexo mermaría todavía más la norma procreativa.

No es casualidad que los países que han legalizado estos matrimonios igualitarios tengan algunas de las tasas de fertilidad más bajas del mundo, como lo son los Países Bajos, Suecia, Canadá, que tienen tasas de natalidad que rondan los 1.6 hijos por mujer, muy por debajo de la tasa de fertilidad de reemplazo que es de 2.1

Existen todavía muchos más estudios serios sobre el tema que rebelan claramente que todo este asunto de legalizar el matrimonio del mismo sexo, va dirigido más bien para destruir la institución del matrimonio natural diseñado para proteger a los niños, lograr continuidad generacional y brindar estabilidad a la sociedad, más que para garantizar derechos a las parejas del mismo sexo, ya que si en verdad el objetivo tratara sobre derechos para estas personas que eligen el estilo de vida homosexual, NO habría necesidad de ponerle la palabra matrimonio para que este grupo accediera a dichos derechos.

Referencias:

1) https://www.pewresearch.org/religion/2008/04/24/an-argument-against-same-sex-marriage-an-interview-with-rick-santorum/

2) https://www.frc.org/issuebrief/ten-arguments-from-social-science-against-same-sex-marriage

3) https://www.tabascohoy.com/rechazan-8-de-cada-10-las-bodas-gay/